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Los Agotes – Una raza Maldita.

  • Macrisur .
  • 23 sept 2016
  • 5 Min. de lectura

Desde que conocí esta misteriosa historia , hace tan solo unos años en un pueblo del sureste de Madrid, considero que es el ejemplo más claro de discriminación social y marginación. Su historia está plagada de misterio y se ha borrado la mayoría de documentación legal que sustente todo lo que les voy a contar.


Esta historia cuenta ya con un libro , muchos escritos y una película rodada en el mismo lugar donde se desarrollan los hechos.


La historia cuenta que una singular raza de gentes procedentes del Pirineo y peculiar idiosincrasia,se centran en la zona vascofrancesa, más exactamente en el Valle de Baztán (Navarra-España ), fueron objeto durante muchos siglos de una marginación social total y absoluta, cargando con las culpas de todos los desastres y malas cosechas y siendo blanco de la mofa y el desprecio de los lugareños.


Esta raza de gente fue maldecida durante casi ocho siglos ,se conoce su existencia a partir del medievo y fueron llamados los agotes o cagots.

Los describen de forma diversa:


En el libro "Las horas solitarias" de Pío Baroja, son descritos con la cara ancha y juanetuda, esqueleto fuerte, pómulos salientes, grandes ojos azules o verdes claros, algo oblicuos. Cráneo braquicéfalo, tez blanca, pálida y pelo castaño o rubio; que no se parece en nada al vasco clásico. Es un tipo centro-europeo o del norte.


Por el contrario Cenat Moncaut en el libro "La historia de los Pueblos y los Pirineos Unidos", 1873, los pinta con la cabeza grande, cuerpo raquítico, piernas torsas, bocio, mirada indecisa y apagada, palabra vacilante. Su aspecto los relaciona con el hambre, la miseria y su bocio es consecuencia del agua de las altas montañas.


Otro autor, Michel Francisque, los ve descendientes de los godos, con rostro blanco colorado, pelo rubio, ojos azules grisáceos, frente convexa, lóbulo hinchado y redondo, y sin lóbulo en las orejas.


Otras Investigaciones más recientes, dicen que se trataría de una serie de delincuentes fugitivos de leproserías galas que se habrían refugiado en los Pirineos para escapar de la justicia del país vecino, y es ésta la teoría que aparece como más fidedigna.


Cuentan que al verles con aspecto diferente son discriminados por el resto del pueblo desde tiempo inmemorial, son marginados incluso a nivel religioso, teniendo que sufrir todo tipo de injusticias aún en pleno siglo XX.


Se decía que transmitían la lepra, que eran lujuriosos, herejes, coléricos, orgullosos, susceptibles, arrogantes y astutos. Se llegó a decir hasta que tenían cola y ojo de cíclope.


Se les creyó homosexuales que se unían con las bestias, que eran hechiceros, que olían mal que carecían del lóbulo de la oreja, que una oreja era más grande que la otra, que una de ellas estaba rodeada de pelo, y que donde pisaban no volvía a crecer la hierba.



Para ser distinguidos a distancia, se les obligo a llevar un distintivo visible , en forma de pata de oca de color naranja o rojo y tenían que hacer sonar una campanilla en su recorrido para avisar de su presencia.

Por sus características físico-morales y su origen desconocido los convirtieron en una raza maldita. Fueron recluidos barrios separados de los demás, no permitiéndoles vivir en el pueblo y solo podían casarse entre ellos mismos.

En la iglesia debían ocupar un lugar aparte, en el fondo, a la izquierda, teniendo una pequeña puerta de acceso exclusiva para ellos, solían tener su propia pila de agua bendita y el monaguillo descendía para recibir su ofrenda, que se apartaba de las demás. La comunión se la colocaban en un banco donde ellos la pudiesen tomar.

Y así fueron discriminados al menos durante ocho siglos, desde el siglo XII hasta el XX y se le atribuían toda clase de males, enfermedades y fechorías.

Debido a la ignorancia o al temor a ser contagiados, no podían criar ganado ni sembrar la tierra, solo les permitían hacer trabajos de carpintería porque a través de la madera no se transmitían las enfermedades.

Fueron constructores de muchas iglesias y fortalezas regidas por los templarios, su arte y conocimientos iniciáticos pasaban de padres a hijos en el mayor secreto. Trabajaban muy bien la piedra, la madera y posteriormente también el hierro.

La catedral de las ermitas románicas en Zumárraga La Virgen de La Antigua y en Saint Gironde de Monein la iglesia gótica cuya techumbre es un barco invertido, son muestras recomendadas de este legado.

Tenían alma de músicos y poetas, fueron grandes tamborileros, les llamaban para amenizar las fiestas pero no podían participar.

En 1515 solicitaron una Bula Pontificia ante en la que se recomienda al Chantre de la catedral de Pamplona el examen de la petición ,que los agotes elevaron al Papa León X para que se les tratase como al resto de los fieles y sacarles de esa marginación.

Solo hasta 1817 las Cortes de Navarra derogaron las leyes discriminatorias y promulgaron una ley que suprimía todas las discriminaciones y se aprobaba la igualdad de derechos con sus vecinos de Arizkun, Baztan y Navarra.

También en un tiempo, fueron deportados desde sus valles hacia una población cercana a Madrid llamada Nuevo Baztán, fundada en 1715 por Juan de Goyeneche - hijo del hidalgo Martín de Goyeneche, nació en Arizcun, localidad perteneciente al navarro Valle del Baztán, el 12 de octubre de 1656- para trabajar en sus fábricas , pero hasta ahora no se sabe si los agotes permanecieron allí , si huyeron o regresaron a sus tierras ancestrales .

Se dice también que algunos huyeron a Suramérica y específicamente a Argentina, Paraguay y México.

La discriminación así como la conciencia misma de la existencia de los agotes se fue diluyendo con el tiempo. El último lugar donde se mantuvieron reminiscencias de esta barbaridad fue hasta bien entrado el siglo XX, según el testimonio de los pobladores de la localidad Navarra de Arizcun, en la que existe un barrio llamado Bozate .

La experiencia nos enseña que, cuando escasea la cultura y abunda la ignorancia, la inteligencia está muy despierta para inventar toda clase de cuentos y fábulas con que cargar las espaldas de los odiados, indicaba Eusebio Bartolomé en su libro Nuevo Baztán.

Pruebas a su favor y de esta brutal mentira, es que los agotes no morían de lepra y que el fanatismo religioso puede ser tan violento hasta llegar a discriminarlos por casi 8 siglos. Aunque cuentan que hasta los años 50 les tiraban piedras en los colegios para no dejarles entrar.

Se les llamaba también Chrestiaas, que significa "Cristianos Nuevos" e indican que son los descendientes de Salomón. Creían en el pacifismo, en el amor fraterno y en la austeridad. Esto no gustaba a los Clérigos de la época y por esto, fueron fruto de la discriminación religiosa y social. Eran buenos cristianos y acudían regularmente a misa, por lo que de herejes que hacían pactos con el diablo era pura fantasía.

Hasta el siglo XIX, se exigió en España la presentación de un certificado de limpieza de sangre, para entrar en el ejército, universidad, la iglesia o el funcionariado, en el que se hiciera constar que el poseedor del mismo no era judío, musulmán, converso o agote.

En la actualidad existe el barrio en el mismo lugar, los que huyeron y los que emigraron se deben haber mezclado con otras razas o a lo mejor siguen siendo una raza pura, eso no lo sé, pero seguro que no discriminada ni catalogada como Maldita. Eso es lo que espero.


Este caso increíble de clasismo, apego a los títulos absurdos, es un caso excepcional de discriminación y marginación social que no puede volver a ocurrir en la historia ni de España ni del mundo.


Si quieren saber más busquen en Internet agotes.org , y hasta en you tube donde encontraran un agote Xabier Santxotena contando esta historia real de misterio y discriminación en España.



 
 
 

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